Crónica: Club de bachacos y Don Pelucón
Papá bachaco o “Don Pelucón” en
su andar por la tierra roba y roba sin pudor... Se ve en una fila
llena de bachacos que comparten entre si el placer de robar a los
humanos, hacen silencio al ver a un grupo de bachacos empistolados
que los quedan viendo con desagrado.
Una madre bachaca consigue tres potes
de leche a 300 “bachacabolos”, se va rápidamente para abrir su
“Bachaquiabasto” (lugar donde tiene un reservorio de alimentos
para revenderlos entre un 1000% y 3000% con sobreprecio), pasando por
el comercio “tan legal y más rentable que vender marihuana en una
plaza Bolívar” transita un ser humano, más específicamente una
madre con la teta afuera porque va alimentando a su bebé, la mujer
observa a la bachaca “care' malandra” quien le dice ¡aprovecha
mija!, y la madre le pregunta el precio: son dos ojos de la cara y el
de atrás también... se va con el niño llorando.
En el club de bachacos ubicado en la
calle Polar hay, están reunidos Don Pelucón con el consorcio
Bachaquiabasto y los bachacos empistolados, un grupo realmente
nutrido que se junta periódicamente para celebrar sus grandes
logros: joder a los seres humanos (entiéndase venezolanos) por un
bocado de comida.
¡Bachaquero no es gente!
Alí Acosta Vicent
@acostaali
04-07-2016
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