VIDAS UBV: Tamara Elizabeth Angulo Rendón









  “Una historia llena de Amor y Compromiso Social”

Por: Lourdes Ruano Pous

“La educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo” Paulo  Freire

Nuestra  Profesora  Tamara Angulo  evoca a  esas mujeres   patriotas que  combatieron  en la independencia  de  Venezuela, pero no detrás de las tropas sino en la avanzada, con su lanza empuñada y presta, defendiendo la libertad y la justicia. Mujer Venezolana y Revolucionaria hasta siempre, luchando por una educación de calidad, con su orgullo chavista: Llegue hastaella nuestro reconocimiento por su loable labor.

Graduada de docente mención Inglés en el Instituto Pedagógico de Caracas, cuando en realidad quería estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, pero era menor de edad, la Universidad la habían mudado para Montalbán arriba, además era horario nocturno, por lo que su abuela no le dio el permiso; pero es el destino el que no se equivoca, la llevó de la mano al lugar donde debía estar: el País iba a necesitar personas valientes con sangre impetuosa y humanista que sirvieran de guía a otros educadores no menos valientes y apasionados para la creación de nuevas bases que mejoraran y aseguraran una educación sin exclusión para todos los venezolanos y venezolanas. En ese sentido, comparto en esta edición de Vidas UBV, la siguiente entrevista completa a la profesora Tamara, les invito a leer y comentar: 

 ¿Cómo explica Usted su experiencia como docente?
No sé si tiene que ver algo de genético, mis padres también estuvieron en el área docente: mi padre en contabilidad y mi madre como maestra, aunque mi experiencia docente nada que ver con ellos, más bien de intercambio; mi mamá murió cuando yo era muy niña y mi papá, cuando yo todavía no había comenzado a trabajar, no obstante, esta experiencia ha sido para mí una cosa extraordinaria: he tenido la oportunidad, Dios me la ha dado, de tener todos los grupos que te puedas imaginar, es decir, me inicié con parasistema: en un nocturno en Caracas -una creación- lo que en el día era el Liceo Luis Razetti en la avenida Morán;  donde además, me tocó hacer las prácticas docentes en el día. Yo tenía apenas veinte años y dos grupos de gente mucho mayor que yo, era el año de 1973 y fue mi primer nombramiento.

Luego me vine a la Isla de Margarita, trasladada y allí trabajé con niños de primer año de bachillerato, niños muy hermosos, que después me los conseguí: la vida me dio la oportunidad de conseguírmelos en diferentes situaciones, inclusive como compañeros de trabajo, por ejemplo el profesor Pino que es economista; a quien nosotros conocemos como Tom Pino, que es de Antolín del Campo, pues Tom fue alumno mío en Paraguachí, en lo que es hoy en día es el José Ramón Luna y él trabajaba en la Escuela de Turismo de la Universidad de Oriente, allí fuimos compañeros de trabajo.

Originalmente yo trabajaba en el Liceo José Ramón Luna, donde recibí ciertas presiones políticas del Director, lo que me puso en situación de tener que pedir traslado. Me vine para Juangriego, donde trabajé otra vez en parasistema y como una manera de defensa frente a la situación de agresión política, nosotros, mi esposo y yo pusimos una tienda de Puerto Libre, en la planta baja de un edificio que era herencia de su padre, que se caracterizó por ser diferente; diferente se pagaban sueldos significativamente y substancialmente diferentes y comisiones, además con una serie de beneficios que no se les daban, porque mi esposo también es comunista con un concepto particular de lo que es un trabajador.

Salió un concurso para auxiliar de docentes a medio tiempo en la UDO en la Escuela de Turismo y yo apliqué y gané mi concurso, a medio tiempo, porque era lo que yo le podía dedicar; entonces mi esposo trabajaba en un Liceo en la mañana, mientras yo atendía el negocio y en la tarde yo iba a la universidad y mi esposo se quedaba en el negocio. Más tarde, hubo que cambiarme de dedicación y por la necesidad de personal me llevaron a tiempo completo; en unos cuantos años concursamos para el cargo de Profesor Ordinario, se me reconoció parte del tiempo y me dieron la categoría de instructor superior. Allí trabajé con gente maravillosa, que estaba formándose para lo que en ese momento se consideraba y se sigue considerando como una necesidad importante para el desarrollo turístico que es posible llevar a cabo aquí en el estado Nueva Esparta: la Licenciatura en Turismo.

Ya la vida ha dado múltiples vueltas, he tenido la oportunidad de trabajar en posgrados, he sido instructora colaboradora del INCE en inducción docente, y además de eso, esta última etapa en la que estoy trabajando con niños de primaria desde educación inicial hasta sexto grado, toda una experiencia maravillosa, porque es así como si tuviese 150 nietos más, es, realmente una maravilla. Ha sido mi experiencia, la cual no cambio por nada; la gente podrá quejarse de lo que siempre se han quejado por lo que es el tema remunerativo, pero yo le doy gracias a Dios, y se las doy porque uno cuando trabaja en educación, uno trabaja en base a una utopía; la utopía cuando uno planifica lo que uno quiere del estudiante, bien sea que se exprese oralmente, bien sea que sea una persona, activa, participativa, respetuosa, es decir, siempre lo que uno planifica es un deber ser y es una utopía, y hacia allá uno enfoca el corazón, entonces no lo cambio por nada, realmente.

¿Cuál ha sido su mayor reto como Docente y como Madre, más que todo?

Cuando nació mi hija, yo tenía 28 años, tardé un tiempo en tenerla en lo que normalmente hubiera podido ser (no a los veintidós o veintitrés años cuando me casé), mi mayor reto con ella era el poder educarla sin domarla, o sea, que yo pudiera ser capaz de darle a ella una formación sin que ello significara que después, ella no pudiese saber defender sus derechos, lo que para mí era bien complicado, por eso siempre fui más dada a explicarle el porqué de las cosas, que  llamarle la atención y decirle que esto es así porque sí. Ella es una muchacha extraordinaria y súper estudiosa, en este momento también se está estrenando como docente universitaria de posgrado, es muy inteligente y una madre extraordinaria: tiene dos niños maravillosos.

Yo la vi a ella durante la pandemia -la cuarentena sobretodo-, el más grande que ahora tiene 9 años que cursa cuarto grado, en aquel momento estaba en transitar de su primer año, y entonces uno ve la dedicación, el cuidado que pone mi nieto Santiago en las cosas que hace, su letra, su ortografía y entonces: allí está la marca de Tamara… y en ella de sus docentes anteriores porque yo no puedo dejar de mencionar a Miriam Parada –Mirimari, como la conocemos –Poeta maravillosa- que es maestra de sexto grado muy cuidadosa en los que significa la escritura y la ortografía, igual la profesora doctora Márquez de la Universidad de Oriente que fue su profesora de lenguaje y comunicación, y bueno, allí está esa impronta que quedó en ella y que se ha trasladado a sus hijos “Bellísima” como dice la profesora Migdalia Márquez, admirando la manera tan acertada de como Tamara deja el punto y coma, “eso no lo hace todo el mundo”. Eso me causa mucha gracia: porque ella es profesora de lengua y sabe de lo que está hablando, lo que está diciendo y allí está esa dedicación de Tamara, mi hija, para con sus hijos.

¿Cómo ha evolucionado la educación en el país, a partir de la creación de Misión Robinsón y las misiones sucesivas?

Recientemente, en el grupo de doctorado en educación habíamos estado repasando acerca de lo que son las innovaciones, y entendiendo lo que para cualquiera no pudiera ser una innovación, para nosotros en un momento dado se convirtió en una.

Yo tuve la oportunidad cuando hice la maestría en educación, de hacer un análisis de catorce de las veintisiete constituciones que ha tenido el país, digamos que veintiocho con la reforma que se le hizo a la que tenemos hoy en día; el cual se centró en el cómo se concibe la educación para la constitución, porque lógicamente del concepto que se tenga de  la educación en la constitución, de allí va a depender el esfuerzo que el estado va a poner, entonces la primera innovación con la que nosotros nos conseguimos, es con que se declara la educación como un derecho humano, gratuito hasta el pregrado, sin más limitación que el interés y la vocación, eso es maravilloso, uno revisa las diferentes constituciones en el resto de  Latinoamérica por dar un ejemplo, que es lo más cercano que tenemos a la Patria grande y nos vamos a encontrar con que hemos sido revolucionarios en ese sentido; lógicamente a partir del golpe de estado que le dan a nuestro Comandante en el año 2002, hay una comprensión bien importante de que no podíamos transformar el Estado burocrático que teníamos violentamente y había que hacer esfuerzos paralelos, y lo voy a decir: es donde se crean las misiones educativas porque ya había a través de las zonas educativas un esfuerzo por la alfabetización, pero era muy lenta y era muy pequeña de acuerdo a las necesidades que se estimaban y entonces es cuando surge la Misión Robinson, recuerdo clarito porque nosotros conformábamos en aquel momento un grupo llamado Clase Media en Positivo y los de Mariño, en particular, habíamos hablado precisamente de eso, de alfabetizar. Un amigo nuestro, de nacionalidad cubana: el ingeniero González, hablaba de esa experiencia en su país; también estaba entre nosotros Carmen Leonor Guerra, amiga y vecina querida, que había tenido la oportunidad, de conducir el tema de alfabetización; y nosotros inventando, sin imaginarnos jamás en la vida el esfuerzo que este trabajo significaba. Lo cierto es que nombraron a una amiga muy querida: María de Lourdes Peche, gloria del deporte nacional en voleibol, quien vive cerca en Porlamar, quien coordinó y fue el enlace con nuestro gobernador del momento y maravillosa persona, Alexis Navarro –mucha luz para su alma, Dios lo tenga en la gloria-, creándose la Misión Robinson, entiendo que el censo nos dio aproximadamente millón y medio de personas que no sabían leer ni escribir: ¡Qué transformación!, lo he venido conversando con mis estudiantes de pensamiento bolivariano, cuando analizamos lo que significa la suprema felicidad social, que es cuando, entonces, hay la posibilidad que brinda el Estado para que podamos disfrutar de nuestros derechos y realmente ejercerlos y el de la educación que es uno de ellos, es cuando los programas: Cerro Adentro, Barrio Adentro Isla Adentro y cada uno de los Brigadistas de Misión Robinson pudo darse cuenta de la cantidad de gente que ni siquiera recordaba cuando había nacido, que no tenía cédula y que no existía para la planificación del país, gente total y completamente vulnerable, de allí surge la Misión Identidad, detrás de la Misión Robinson porque esta misión, si mal no recuerdo se funda el 08 de julio de 2003; pero el 18 de julio del mismo año, y como medida más política por la sede que le entregó el Comandante Chávez a la Universidad Bolivariana, cuando la creó, en Los Chaguaramos, muy cerca de la entrada de la Universidad Central de Venezuela, por cierto; y ahí también está la comprensión, del porqué el mismo día hizo el anunció: “una sola universidad no podía dar la  respuesta a lo que significaba la exclusión de la gente del sistema de educación universitaria”, y es cuando crea la Misión Sucre, el censo arrojó aproximadamente unos quinientos mil estudiantes, aquí en el estado Nueva Esparta en particular, fueron cinco mil quinientos veintisiete, digamos el 1% que vendría siendo la representación proporcional de la población es decir, de quinientos mil unos cinco mil; Clase Media en Positivo también participó: estaba María de Lourdes, Trina fue un baluarte para la misión Robinson, Martha Gil que es graduada nuestra en gestión social, quienes participaron aquí en Mariño, a mí me mandaron para el municipio Marcano a apoyar el censo de Misión Sucre, fueron cinco mil y tantos. Fue cuando arrancó la Primera Cohorte, el coordinador del momento era David Figueroa que me llamó para que apoyara en la parte académica, luego quedé en la parte de Formación Nacional de Educadores, claro yo trabajaba en la Universidad de Oriente y ésta no me iba a dar una Comisión de Servicios para estar en un programa de la revolución, y como ya tenía veinticinco años de servicio, y sin culminar carrera universitaria simplemente pedí mi jubilación y me la dieron de inmediato. Desde ese momento me dediqué a la Misión Sucre. El Poder llevar la educación universitaria a cada rincón, cuando yo entregué la Misión Sucre en el 2010, teníamos 38 espacios, lo que llamamos aldeas universitarias, diseminadas en todo el espacio, estamos hablando de San Pedro de Coche, El Guamache, Guinima, Santa María; en Díaz: La Guardia, El Espinal, el propio San Juan (capital); en García: Villa Rosa, el Valle; en Mariño: no solo en la sede de la UBV, sino también en la Escuela Charaima, en el Grupo Zulia; en el Luis Ortega; en Antolín del Campo: La Plaza, es decir, fue una experiencia maravillosa. 

Yo vengo de Caracas de un barrio muy humilde: El Valle y decía para mí: si yo pude, podré contribuir a que los demás pudieran también, tuvimos experiencias preciosas: gente de setenta y tantos años en Gestión Ambiental, madres con niños especiales que quisieron estudiar Educación Especial para aprender cómo ayudar a sus hijos, fuera de toda comparación con cualquier cosa. Misión Ribas también tuvo su censo aproximadamente unas 800 mil personas, en eso trabajó mi hija. Hicimos un análisis en el Doctorado de lo que todo esto significó para nosotros, porque además estuvo Misión Vuelvan Caras con la Educación Para el Trabajo, la misma Misión Robinson con su Robinson I con la posibilidad que la persona aprendiera a leer y escribir, Robinson II que era la prosecución a sexto grado y Robinson III que eran círculos de lectura con libros muy hermosos, formados por personas que no quisieron continuar estudiando;  pero si te puedo decir Lourdes, que hemos visto gente que se inició en Robinson graduarse en Misión Sucre, lo hemos visto y es extraordinario. 

Por supuesto existen múltiples problemas con múltiples contradicciones, pero desde mi punto de vista tener el espacio perfecto, los docentes perfectos, los estudiantes perfectos, los materiales perfectos, el currículo perfecto, todo esto no existe, se va construyendo, digamos que es parte de la construcción del Socialismo del Siglo XXI.

¿Desde la creación de Misión Sucre y UBV, ¿cómo es el profesional que egresa en la actualidad de estas dos Instituciones?

Te puedo hablar de la actualidad, desde este punto de vista de la experiencia y de lo que yo he visto: en los diferentes programas de formación, el que tengo más cercano, que es aquel al que estoy adscrita que es gestión social, a partir de, por ejemplo, la recuperación de una serie de estudiantes rezagados, que cuando vienen a presentar o socializar su Trabajo Especial de Grado, el mismo vinculado al grupo al que pertenecían y socializado en su momento, pero actualizado, lógicamente tuvieron que ir a la comunidad y actualizar información, para presentar una evaluación del impacto de lo que ese programa en su momento dado tuvo, en algunos casos, no en todos, ha sido así, solo en algunos, y ha venido gente de la comunidad a dar fe que lo que se está planteando es tal cual, y como conclusión mía, particular, el impacto del programa de gestión social en el estado Nueva Esparta, me parece que es extraordinario; son muchachas y muchachos que tienen alguna condición digamos humana especial, acompañada además de una dedicación real en la comunidad, que puede ser Jefe de Calle, Jefe de Comunidad, brigadista de Somos Venezuela, trabajador social en una Alcaldía, en uno de lo que llamamos ambulatorio, en un centro de salud, en un consultorio popular, en cualquiera de esos espacios y vienen a la Universidad, como nos dice el título a: “cumplir con todos los requisitos y téngase en toda la República, como Técnico Superior o Licenciado en Gestión Social”, es gente de verdad,  que está haciendo un trabajo hermosísimo, además el programa de formación lo empodera para que sea capaz de gestionar en las comunidades y empoderar a las mismas para que resuelvan las situaciones que se le vayan presentando. Esto es en cuanto a ellos, a Gestión Social, de hecho tenemos una compañera de trabajo que está haciendo su trabajo de maestría vinculado a la evaluación del impacto del programa en el estado, es decir, hay objetivos planteados en función de mapear, en qué espacios ha estado el programa, dónde hay zonas de silencio, donde no hemos estado, cuales son las situaciones polémicas más recurrentes; eso es importantísimo porque uno tiene la obligación: si no ¿para qué entonces, investigamos, sino para actualizar la docencia?, la posibilidad de saber, digámoslo en criollo “De qué pata cojeamos”. 

Desde el punto de vista organizativo o desde el punto de vista del fortalecimiento del poder popular, ha sido realmente magnífico y ella está trabajando en función de esto y para aportar; como también tenemos a una compañera que está haciendo su trabajo de investigación –yo la estoy tutorando- y tiene que ver con el fortalecimiento de los profesores de proyecto a partir de la valoración de las dificultades en su desempeño como profesores de esta unidad, para poder hacerlo todavía mucho mejor, más efectivo; la Unidad Básica Integradora Proyecto es un reto, porque es una unidad que agrupa e integra las unidades curriculares, pero éstas realmente se integran como debe ser si se integran, a su vez los profesores en torno al grupo y para que estos profesores debidamente integrados den el ejemplo integrador a los estudiantes, porque después los estudiantes tienen que ir a la comunidad a dar ejemplos de integración y contribuir a su vez, a la integración de la comunidad, para que ésta pueda comunicar cuáles son sus necesidades y estén enamorados para trabajar en función de un plan de resolución y que además estén preparados para de allí en adelante, saber cómo organizarse para continuar resolviendo situaciones. Porque cuando una va a una comunidad se consigue con más de una realidad y más de un problema y se tiene que entonces, saber con los estudiantes, entre los estudiantes y la comunidad y el profesor de proyecto priorizar las situaciones, esto es Gestión Social. En Comunicación Social he tenido la oportunidad de interactuar con estudiantes nuestros que son estupendos, uno de ellos, es nuestro director Alí Acosta, una persona fuera de serie; la otra es esta muchacha que tenemos en Mundial Margarita, Yenny Leal, extraordinaria; y así como ella, cualquier cantidad de compañeros y compañeras, tanto de trabajo, como los que uno consigue en el ejercicio profesional y eso nos habla del amor y de la colaboración que se pone dentro de esta sede, nuestra Universidad. Sin contar los que uno sabe que están en otros estados o en la región central, que además uno los ve en televisión, en las redes, se siente y se sabe del trabajo que están haciendo; igual sucede con Estudios Jurídicos. En cuanto a Enfermería, yo misma fui atendida por algunos de ellos, tanto en el proceso de vacunación como cuando fui afectada de COVID en marzo del año pasado. Y, en Educación, como ya te dije tuve la oportunidad de conocer personas que se dedicaron a estudiar para saber cómo ayudar a sus hijos, he tenido la ocasión de compartir y de verlos además a ellos, en sus exposiciones: lo novedosos, lo distintos, lo diferentes… porque cada uno de ellos es un investigador que va a una escuela, y a un salón en particular, en el cual puede enfrentar alguna situación pedagógica problemática y desde la teoría  del salón de clases enfoca un plan de acción para resolverla.

Nosotros, si Dios quiere, a principios del año que viene en el marco del Día del Educador, vamos a tener una socialización masiva de los proyectos, muy en particular los que están ahorita en el Octavo y van al grado, a la que te invito cordialmente, para que veas lo admirable al observar cómo se enfocan en un estudiante, niño o niña, en particular y dónde también hay una fuente inagotable de investigación, porque se pueden mapear todas las escuelas donde hemos estado, donde no, cuál ha sido el problema más recurrente: ¿lógico-matemático?, ¿de valores?, ¿de maltrato?, ¿de lecto-escritura?, ¿es déficit de atención?: No sabemos, bueno yo no lo sé mejor dicho; sin embargo, los compañeros de educación están montados en esos trabajos, es gente que llegó para transformar que es lo que nosotros queremos, no solo es investigar sino es investigar para transformar.

¿Qué opinión tienen sus hijos de está mamá revolucionaria y echada pa’lante?

Tengo una hija parida y dos de crianza; una de mis hijas de crianza vive aquí y ella fue la que confió, creyó y se imaginó que yo podía ayudar a resolver, en la escuela donde estudian mis nietos, la situación por la carencia de un profesor de inglés; por supuesto ella tiene a sus hijos allí desde la educación inicial, y tiene la suficiente confianza como para saber y escuchar no solamente desde el niño sino en su situación de madre el trabajo que se está haciendo; la hija mía es totalmente especial conmigo y la del medio tiene su manera particular de ver las cosas, que yo se la respeto porque esta serie de divergencias las tienen la mayoría de las familias venezolanas –sobre todo en lo político-. Pero la pequeña, que no puedo decir que sigue mis pasos y es que no podría porque en un principio yo llegué a la Universidad de Oriente a trabajar y punto, sin ninguna vinculación política, porque precisamente la presión que recibí en el Liceo fue política. Pareciera que había que someterse a condiciones para ser alguien, de allí, lo que dijo el marido mío: “qué significa ser alguien: ¿tener dinero? Yo sé hacer dinero, te voy a enseñar a hacer plata”; fue cuando decidimos establecer el negocio de Puerto Libre en Línea Blanca, que para ese entonces, en Juangriego era una innovación, porque allí lo que se vendía era, prácticamente pura ropa, vendíamos perfumería, bujías para carros, equipos de sonido, los cuales se probaban y todo lo relevante a estos productos; entonces me dediqué solamente a mis clases. Cuando comienza el tema con Hugo Chávez y yo veo la oposición y todo el tema adeco, me digo “esto debe ser muy bueno”, a pesar de que no era militarista, y he tenido  experiencia en la lucha estudiantil y por supuesto, nada que ver con los cuerpos de seguridad del Estado y cuando uno ha visto, porque yo nací en la época en que Pérez Jiménez estaba gobernando, claro era muy pequeña cuando él cayó, sin embargo uno escucha, ve cosas y comienza a enterarse de todo el tema latinoamericano con Videla, con Pinochet y todo lo que se involucra, entonces yo promilitarista, olvídalo, pero la hija mía sí, se metió de cabeza y yo peleando con ella porque lo que yo veía en la universidad con los dirigentes estudiantiles, es que son dirigentes toda la vida, y nunca se gradúan y yo no quería eso para mi hija, yo quería que ella se graduara pronto, que saliera en el tiempo, igual como lo hice yo. En el Pedagógico estuve vinculada como representante estudiantil por la Liga Socialista pero no fue una situación de quedarme toda la vida dentro de la universidad, siendo dirigente y haciendo vida universitaria y nunca graduarme, yo no estaba de acuerdo con eso. La hija mía y sus compañeros de Universidad, pues, cuando el paro del 2002, en conjunto con el gobernador Alexis Navarro, que les dio órdenes de gasolina y compra de alimentos, atendieron el transporte universitario y el comedor y llegaba todas las noches a casa diciendo que nunca había comido tan bien, como cuando ellos lo administraban; eso hizo que los trabajadores tanto del transporte como del comedor se reincorporaran, en una palabra, rompieron el cerco y el paro, la gente se reincorporó, fue la época de quien de Hanthony Coello, de Junior, de Onry Romero, de Neyla González… y todo ese grupo que en su momento en la universidad pues eran lo come candela, ella si se metió de cabeza. Yo me incorporo después, cuando me llaman de Clase media en Positivo y el gobernador para que apoye en la conformación del equipo que iba por la Misión Sucre.Yo era de la tendencia a la abstención, al no votar, cuando iba a votar marcaba la verde y la blanca, ambas, o sea votaba nulo. Cuando voté positivamente lo hice por José Vicente Rangel y por Andrés Velásquez en su momento, para que después vendiera las elecciones como dijeron que las vendió. Entonces de allí y en adelante irreductiblemente chavista y determinada, independientemente de los obstáculos, de los errores, de las situaciones… y “pa’tras, ni pa’buscar morocotas” como dice uno en criollo, porqué hay que tener, como dijo el Comandante Fidel, sentido del momento histórico que estamos viviendo, y si para poder garantizar la paz del pueblo hay que pactar con el diablo, se pacta con el diablo… lo dijo el Comandante Chávez en una oportunidad y lo ha ratificado el presidente Nicolás Maduro. Pero, continúo, como te dije al principio, en lo que me gusta, que es la educación. Porque en la educación te planteas objetivos y ¿qué son los objetivos? Son utopías, ¿para qué te sirven las utopías?, Sirven para avanzar, para caminar. Entonces te planteas utopías todos los días del mundo, y cuando sales al salón de clases no es a ponerles el píe para que se caigan, ¡no!  ¿es hacer el mejor de tus esfuerzos para que ellos fallen? ¡No! Es, al contrario, es a dar lo mejor de ti para que él sea igual o mejor que tú, es eso, de allí olvídalo, y por eso estoy a punto de cumplir 70 años y sigo allí.

Es toda una lección completa.

Hablemos de Gabriela Mistral, Ella decía: “Enseñar siempre, en el patio y en la calle como en el salón de clases, enseñar con la actitud, el gesto y la palabra…” ¿Cómo interpreta Usted estas palabras?

Eso se llama integridad, coherencia entre lo que se piensa, lo que se hace y lo que se dice, porque los maestros dirán que son de la romana vieja, pero los maestros, las maestras, los docentes, las docentes, sin embargo, después que uno escoge, al igual de cuando uno es madre o padre, esta profesión uno tiene que estar consciente y pendiente de lo más mínimo que uno haga al estudiante, estar pendiente, y ser coherente por supuesto, digamos que pudiéramos decir que es pensamiento robinsoniano, porque todos los patios son una escuela, pero Gabriela Mistral va mucho más allá porque nos habla de la coherencia y de la integridad: de ser coherente entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se piensa; porque uno donde quiera que esté parado, está dando ejemplo malo o bueno, hay que estar consciente de que nuestra función docente nos conlleva donde quiera que estemos.

Te doy un ejemplo cuando yo trabajada en Paraguachí con los niños, yo les daba la cola o un aventón a varios de ellos, porque vivían muy lejos, y era la primera vez que se establecía un liceo allí, antes tenían que ir al Liceo Risquez o al Liceo Juan Bautista Arismendi, en La Asunción;  entonces, a estos muchachitos un día les dije, mis hijos primero vamos a poner gasolina, cerca de la escuela había una gasolinera, me paré allí y claro, hacía calor y estaba sudando, agarré una toallita y limpié los lentes que se habían empañado, me quedé con la pelotica de la toallita un ratico, por último, la lancé a la cartera. Entonces uno que estaba atrás, me dijo “¡Ajá la estábamos cazando a ver que iba a hacer Usted con la pelota de papel!” Eso es… ejemplar las 24 horas del día los siete días de la semana.

¿Qué consejo le daría Usted a todas y todos los jóvenes y no tan jóvenes que hoy en día son estudiantes UBVISTAS?

Que tengan la certeza de que un mundo mejor es posible, pero hay que construirlo entre todos, tenemos que hacerlo mediante la construcción, por supuesto, colectiva de la universidad que queremos y merecemos, que uno de los mejores respetos al legado de nuestro Comandante es precisamente cuidar esta niña bonita en todos sus aspectos, en el ejemplo que damos como estudiantes, en el ejemplo que damos como docentes, en el sentido de pertenencia a este espacio, dándole el mejor cuidado, que a ella no se le puede dar un sentido utilitario de me vine, me gradué y me fui, porque toda universidad es un Alma Mater. UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, TENEMOS QUE CONSTRUIRLO Y ESO IMPLICA A LA UNIVERSIDAD, LA QUE QUEREMOS Y LA QUE MERECEMOS.

¿Puede Usted compartir alguna anécdota de su vida estudiantil?

De mi vida estudiantil: cuando era muy pequeña, la primera vez que fui a la escuela, era una escuelita de esas que uno llevaba su silla; ese día, la maestra me puso una tarea, yo tenía un lápiz bicolor, entonces ella me la puso en azul, pero yo la repetí con el rojo e hice una plana, la hija de la maestra se rió de mí. Sucedió que, para que me volvieran a meter al salón de clase costó mucho -lo que uno llama el miedo al ridículo-, y por alguna razón no me gustaba, no estaba en la capacidad de decir la razón, si era esta o aquella, porque lo que tenía era cuatro o cinco años, pero la próxima vez que me trajeron a la escuela yo me quedaba en la puerta del salón, no entraba, y recuerdo al esposo de la maestra que salió con su maletín y me preguntó, le dije que tenía dolor de barriga pero al otro día, también había dolor de barriga, entonces él se imaginó que algo  pasaba, así que le debió haber comentado a la maestra y la maestra por supuesto le dijo a mi papá, bueno a mi abuelo, que fue el que me crió, entonces él me dijo, no te preocupes hija, que más nunca nadie se va a reír de ti.

Fue mi abuelo el que me enseñó a sumar y restar, con caraotas, con maíz, con piedras, con chapas, con lo que tuviera a la mano; me enseñó a escribir y a leer… mi abuelo que no tendría más allá de quinto o sexto grado. Cuando ya después me llevaron para la escuela, pero a una  distinta, porque era un colegio de monjas, por cierto en la calle Real del Valle, Colegio San José, la directora me hizo su valoración y me dijo escribe aquí mi nombre (el de ella como monja) “Hermana Esperanza” entonces yo comencé a escribir con mi letra cursiva la H y mi E mayúscula, sin olvidar la zeta, y zas… para segundo grado, así que no vi kínder, tal vez tenga dificultades para jugar con niños, para recortar o para hacer figuras con plastilina, pero no, fue ese kínder el que forma parte de mi memoria estudiantil. Es por eso que yo soy delicada con la corrección a los niños, porque uno no sabe, que hay detrás de todos ellos, en el aprendizaje.

Hay que conocer además de reconocer, a esta preciosa mujer, quien no ha dudado por ningún motivo, ofrecer de manera generosa su tiempo y sus saberes para el desarrollo y progreso de un pueblo necesitado de líderes de carne y hueso, líderes de verdad, ambiciosa solo por hacer el bien, abriendo espacios para que todos y todas sin excluir a nadie, puedan acceder a la ansiada y necesaria educación universitaria. La profesora Tamara, nos lo descubre con sus respuestas, tan llenas de historia y de lecciones de vida.

Infinitas gracias profesora Tamara, soy orgullosamente UBVISTA, y orgullosa de contar con una Profesora como Usted.

Gracias a ti por tu paciencia.        




Comentarios

  1. Excelente entrevista, tuve la oportunidad de conocer talentosa y admirable docente en la universidad de Oriente en la EHT, cuando yo, estudiaba Hotelería. Fui mi Profesora de Inglés. Le tengo un especial cariño🥰

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