Opinión: ¿Universidad o comercio?

Comandante Supremo Hugo Chávez en la UBV Nueva Esparta
Desde la expropiación de las instalaciones de lo que pretendía ser un muelle de cruceros o como diría Alexis Navarro, ex gobernador del estado Nueva Esparta, “Lo que nunca iba a ser Puerto de la Mar”, ya que manifestó que durante su gobierno se reunió con empresarios del ámbito portuario en Estados Unidos para conocer si dicho puerto era un proyecto factible, cuestión que devino en la negativa puesto que viéndolo de una visión capitalista era un absurdo que desde una zona de mar poco profundo (bahía de Guaraguao) llegaran unos cruceros a un considerable trecho (varios kilómetros de distancia en una zona de profundidad oceánica) para luego trasladar a los pasajeros en pequeñas embarcaciones hasta el puerto, se sumaba la poca oferta turística que se le podía brindar a los visitantes: ¿Qué tours a lugares de interés se podrían hacer, sin las condiciones viales brindadas por el casco histórico de la ciudad de Porlamar?
Para dar respuesta a la interrogante anterior, el proyecto del puerto englobaba la construcción de un gran centro comercial, que ofrecería “distracción y disfrute” a los turistas. Ahora bien, ¿cuál sería el costo, cómo se desembolsaría y quiénes pagarían el precio?
La construcción del Puerto de la Mar comenzó a principios de la década de los noventa y se tenía proyectada su apertura en aproximadamente una década más (2003). Para 1992 fueron sacados de la zona con la policía, cientos de comerciantes informales margariteños (antiguo Mercado de Porlamar), se recuerda la destrucción de la plaza Sucre y el comienzo de la caravana de maquinarias para levantar la mega estructura.
El financiamiento estaba siendo otorgado por grupos económicos poderosos como Rattan e incluso por la Alcaldía del municipio Santiago Mariño. Fueron evidentes los retrasos de la obra y la operatividad del puerto; en el periodo 2002-2009, los grandes éxitos fueron la realización de celebraciones de la alta sociedad (bodas, conciertos, rituales eclesiásticos) y el concurso de las “Mejores fachadas”, un bodrio de engaños para tratar de convencer a los habitantes de las comunidades aledañas que el proyecto les iba a “beneficiar”.
Las casas que justamente participaron en el concurso de las mejores fachadas coloniales, empezaron paulatinamente a ser adquiridas por comerciantes de descendencia árabe, encargados de demolerlas para erigir mamotretos de concreto (depósitos de mercancía). ¡El inventario estaba listo!, sí, el inventario de las pocos inmuebles antiguos que quedaban en manos de los margariteños. Cabe destacar que con el “Puerto Libre” ya se habían adueñado de gran parte del casco histórico de la ciudad, sobre todo desde el punto de expansión: los bulevares Gómez y Guevara.
Mucha agua corrió y los beneficiarios no fueron ni el pueblo, ni mucho menos la economía insular, por el contrario el “Puerto Libre” fue desfalcado, las divisas venezolanas se usaron para establecer grandes empresas (quién sabe si de maletín) en Panamá y el Puerto de la Mar, no era ni puerto ni a la mar aportaba nada; para desgracia del neoespartano si se le daba luz verde provocaría la destrucción del tercer caladero de sardinas más grande del mundo. ¡La pinga! Nos dejaron sin los reales y para colmo pretendían arrebatarnos las riquezas naturales de las cuales se ha vivido ancestralmente en la isla.
Para fortuna de la madre naturaleza y el venezolano, Hugo Chávez era Presidente de la República Bolivariana de Venezuela desde 1999, por causalidad había sido derrocado en 2002 por la cúpula empresarial, militar y mediática de la nación, estrato donde se encontraban los financistas de Puerto de la Mar y los vampiros del Puerto Libre, quienes se jactaron de poder por dos días hasta que fue restituido el orden Constitucional.
En 2003 Chávez crea la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y la Fundación Misión Sucre, instituciones conjugadas para iniciar un proceso de formación educativa para todos los venezolanos, haciendo hincapié en la captación de los grandes excluidos del pasado, aquellos que no tuvieron oportunidad de estudiar y lograr un título universitario. La universidad desde su inicio comenzó a propagarse por todo el territorio, en el estado Nueva Esparta carecía de un espacio idóneo para establecer su sede principal, pero funcionaba con el plan de municipalización de la Misión Sucre en las escuelas de primaria y secundaria.
Al ver un panorama grotesco de corrupción, un proyecto que iba a seguir mutando de puerto a otra cosa parecida a un complejo comercial y hotelero, abrazado con una ciudad fantasma llena de almacenes y tiendas de baratijas; además del deseo inmundo y anti natura de aniquilar una fuente de producción pesquera, que si contribuye al beneficio de los insulares, ¿qué era lo razonable?:
El Presidente Hugo Chávez ordenó ayer –vía decreto Nº 7452, publicado en Gaceta Oficial Nº 39436 – la expropiación de la infraestructura y terrenos donde funciona, desde julio del año pasado, el área administrativa de la Universidad Bolivariana de Venezuela Nueva Esparta y donde hace 20 años se proyectó un puerto de cruceros, el cual fue rechazado por pescadores y científicos quienes con estudios certificaron el daño que causaría al primer caladero de sardina del Caribe y el tercero en el mundo.
Benítez (2010)
La UBV en Nueva Esparta empieza a tener su auge académico-administrativo desde una sede que le trancó el juego a los “corruptos portuarios”. Sin embargo para nadie es un secreto que las inversiones presupuestarias a dicho recinto no han sido suficientes para lograr una adecuación completa de una estructura visualizada para el comercio, aunado a la pésima gestión de dirección, coordinación y administración en la entidad insular de la UBV y Misión Sucre.
En 2016 con una mayoría adeco-burguesa en la Asamblea Nacional (AN) y un alcalde como Alfredo Díaz, uno de los promotores de la destrucción de Porlamar; la universidad se encuentra en una situación de vulnerabilidad, pues el susodicho enviará una solicitud de revisión de la expropiación de Puerto de la Mar a la AN.
Con todo ese panorama, lo más recomendable es efectuar una auditoria completa y destituir a las autoridades de la UBV y Misión Sucre en Nueva Esparta que estén sumadas al boicot con los opositores, para dar paso a una nueva gestión, con mayor capacidad de enfrentar las pretensiones derechistas. Igualmente es imperante la necesidad de invertir en el acondicionamiento total de las instalaciones universitarias. Lo que si no va a pasar, es que los estudiantes, profesorado y colectivos comprometidos con la revolución se rindan ante el incesante ataque que se perfila en contra de la Casa de los Saberes.  
Con la reciente puesta en marcha del Programa de Formación de Grado (PFG) Pesca y Acuicultura en UBV Nueva Esparta, ahora es cuando se le concede mérito al nombre que en principio se pensó: UNIVERSIDAD DE LOS PESCADORES. La mayor lucha fue hecha por los pescadores artesanales, quienes batallaron y batallarán de nuevo para defender la fauna marina al verse amenazada.
Las autoridades chavistas a nivel regional y nacional deben atender a este clamor Ubevista, para detener la arremetida en contra del proyecto universitario impulsado por el Comandante Chávez, de igual forma ayudar al avance de los demás PFG como Comunicación Social, Estudios Jurídicos, Educación, Gestión Social del Desarrollo Local, Gestión Ambiental, Gestión en Salud Pública y Enfermería, todos estos impartidos en el recinto bolivariano. Sin dejar de mencionar que el Gobierno Bolivariano debe investigar profundamente el desfalco al Puerto Libre y prohibir la demolición del casco histórico de Porlamar, debido que peligran inmuebles como la casa natal del ilustre músico Inocente Carreño adquirida por la denominada popularmente “Mafia Árabe”.
Sin Universidad, no hay conocimiento, pero sin una como la UBV, que está ligada intrínsecamente con la sapiencia popular, se ve en riesgo la formación de talento humano comprometido con su país. Esto no se trata de cerrar espacios para fortalecer la economía nacional, pues la historia demuestra que el voraz proyecto capitalista, destructor y enlodado de corrupción de un quimérico puerto, ha cavado la tumba de la vida comunitaria de los sectores Brasil, centro de Porlamar y Punda, convirtiéndolas en almacenes grises llenos de explotación a los trabajadores de las ventas que son maltratados y mal remunerados, mientras grandes barrigas se alimentan en otros países del hambre margariteña.
El fantasma de Puerto de la Mar tiene que descansar en paz. Es tiempo que reine la sensatez y se fortalezcan puertos de cruceros como el de Guamache o se comience en una zona apta como el proyecto que resuena para Juangriego. ¡Eso sí, sin corrupción y sin amenazas a la naturaleza o a la bella historia local!
¡Viva la Universidad Bolivariana de Venezuela!
Alí Acosta Vicent
29/03/2016

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